jueves, 23 de abril de 2020

Aquella mesa guardada

Debido a la cuarentena, mi familia y yo hemos tratado de hacer actividades y esta es una de mis favoritas: Una mesa que antes estaba guardada y llena de polvo, ahora extendida en la cochera y más reluciente que nunca. Una pelota rebotando de forma aleatoria, que donde caiga determina los puntos. Una red que divide mi territorio del enemigo. Unas palas que suavemente rozan la pelota para impulsarla. Una gran contrincante que trata de ganar. Todo ello unido sería la definición de jugar a ping-pong, pero le falta algo... Le falta lo más importante y lo que hace que sea especial: el sentimiento de alegría cada vez que marcas un punto, las risas cuando sale rodando la pelota a la calle, las curiosas miradas de los vecinos desde sus ventanas, ese "jolín" debido a que se te ha escapado la escurridiza pelota y lo más importante; disfrutar con la persona con la que estás jugando (en mi caso mi madre). Agradezco el aburrimiento de la cuarentena, porque me hace disfrutar más de los pequeños momentos como este. Vera Valverde, 2ºESO

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